Indicador:
Un indicador es una magnitud o variable que sirve para acreditar los cambios producidos en una situación o condición a través del tiempo. Puede definirse como el modo de medir un objetivo que se pretende alcanzar, un recurso utilizado, un efecto obtenido, un criterio de calidad o una variable contextual. Todo indicador está compuesto de una definición, de un valor y de una unidad de medida. La batería de indicadores debe recoger todos los aspectos de la realidad de las actuaciones puestas en marcha y además, debe aportar una visión global del plan.
Los indicadores deben ser:
- Ciertos y verificables: deben basarse en un sistema firme de recogida de datos, accesible a los gestores para verificar la información en cualquier momento. Se recomienda, por ello, que los indicadores se basen en estadísticas oficiales (IECA, INE) además de en los registros internos que manejen los centros directivos gestores de los programas.
- Relevantes: el indicador debe ser capaz de medir los elementos más significativos del programa presupuestario, incluyendo la dimensión de género. Ha de extraer información sobre eventos o dimensiones que permita a los centros directivos y a las personas usuarias de los datos corregir o reorientar su gestión.
- Fáciles de interpretar: para ello, se definirán de manera clara y comprensible, de modo que garanticen una recogida de datos adecuada y una interpretación correcta, evitando ambigüedades. (Ejemplo correcto: Tiempo medio de espera para recibir tratamiento domiciliario. Ejemplo incorrecto: Pacientes en tratamiento domiciliario) Asimismo, deberán definirse de forma que no existan dudas sobre el significado de su evolución; es decir, de modo que permitan identificar si un aumento o disminución de los valores supone una mejora o empeoramiento de los datos. (Ejemplo correcto: Variación anual de las medidas privativas de libertad. Ejemplo incorrecto: Medidas privativas de libertad ejecutadas)
- Comparables y perdurables en el tiempo: a ser posible, deben permitir la comparabilidad de sus datos con los de otras organizaciones y también en el tiempo, a lo largo de los distintos ejercicios presupuestarios en que estén vigentes los objetivos o actuaciones que motivaron su formulación. Siempre será preferible definir los indicadores en términos relativos, para dar información sobre la evolución del objetivo a lo largo del tiempo o del grado de cobertura del servicio. Para ello se usarán diversos valores de referencia: último valor conocido, porcentaje sobre la población potencial, variación sobre el ejercicio anterior, etc. (Ejemplo correcto: Variación anual del número de denuncias a centros. Ejemplo incorrecto: Número de denuncias a centros). Sensibles a los cambios: han de ser sensibles a las variaciones que se produzcan a lo largo del ejercicio; es decir, deben permitir evaluar la repercusión que sobre los mismos puedan tener las modificaciones presupuestarias.
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